#35: Mis lecciones aprendidas sobre la asertividad
No era una persona asertiva, pero necesité aprenderlo. Estas son mis lecciones.
¡Gracias por estar aquí!
Siempre que me leas quiero que interiorices esto:
Lo que ofrezco en este post
Una historia personal sobre cómo llegue a ser asertivo y lecciones que pueden servirte a ti en tu camino.
Antes de nada
Este es un post personal.
Puede que lo que escriba para ti sea obvio. Puede que esto resuene enormemente contigo y mis lecciones aprendidas te sirvan para allanar el camino.
Sea lo que sea. Muchas gracias por estar aquí. 💚
Antes de la asertividad
Era, y sigo siendo, una persona muy flexible, muy empática. Creo que es un superpoder que tengo. Pero, como todos los superpoderes, viene con su criptonita.
Me es muy fácil entender los diferentes puntos de vista, las diferentes personalidades, las diferentes opiniones. Creo firmemente que no hay nadie que tenga verdades absolutas, y por lo tanto, me es difícil defender algo “a muerte”.
Es decir, me costaba ser asertivo. No lo voy a negar.
Si te identificas con esa descripción te adelanto dos noticias: una buena y otra mala.
La buena es que NO TIENES QUE CAMBIAR tu forma de ser para empezar a ser asertivo. De hecho, te animo a que sigas utilizando esa forma de ser para contribuir a un mundo más empático y menos polarizado.
La mala es que cuesta al principio. Ser asertivo significa aprender a identificar y usar una energía que te permita ‘cerrarte en banda’ por buenas razones. Aunque al principio puede hacerte sudar, verás que lo complicado no es tanto ser asertivo, sino entender por qué quieres serlo. Con las motivaciones claras y aplicando algunas de mis lecciones, te resultará mucho más sencillo.
Mis lecciones aprendidas sobre la asertividad
Son 5.
Importa más el porqué lo quieres decir que el decirlo.
Deja de absorber las (posibles) emociones del resto.
Utiliza la pregunta para iniciar tu carrera de conversación asertiva.
No mires lo que pierdes sino lo que ganas.
Se asertivo contigo para ser asertivo con el resto.
Vamos a ellas.
1. Importa más el porqué lo quieres decir que el decirlo.
Los motivos por los que hacemos cosas, son superpoderes.
Entender el porqué, es lo que enciende una llama en nuestro corazón, la cual nos da la energía necesaria para superar los obstáculos que nuestros miedos nos imponen.
Recuerdo cuando empecé a necesitar ser asertivo. Fue cuando coincidí con una CEO con una cultura distinta a la mía que presionaba mucho a otros compañeros de trabajo.
Recuerdo sudar por la impotencia de querer decir lo que sentía pero permanecer callado por la autoridad y fuerza que esta mujer desprendía. Esconderme detrás de excusas que me decía internamente: si no me va a escuchar, da igual porque no va a cambiar nada, quién soy yo…
Toda mi energía se concentraba en qué decir, o cómo decirlo. Pero no me paraba a reflexionar, de verdad, en por qué lo quería decir.
Cuando descubrí que quiero contribuir a un mundo en el que haya respeto constante, que la benignidad, mansedumbre y bondad nos guíen en nuestros caminos por y para los demás, encendí ese fuego que me daba energía. Y a su vez, entendí que cuando me callaba, abandonaba mi identidad.
Una lección difícil, pero muy real, que aprendí es que si te callas cuando algo va en contra de tus valores es lo mismo que si das la espalda a alguien que está sufriendo una paliza.
No le estás pegando, pero estás dejando que le peguen.
Por eso te invito a entender el porqué quieres decir lo que dices. Qué hay detrás de lo que quieres decir que te importa, que valoras, que quieres aportar al mundo.
Te animo a visitar este artículo donde explicaba cómo tomar buenas decisiones, en este caso, para tu familia. Las técnicas de las que hablo son igualmente útiles para encontrar los motivos para ser asertivo.
2. Deja de absorber las (posibles) emociones del resto.
¡Y lo nervioso que nos ponemos cuando vamos a decir algo que sabemos que va a molestar a la otra persona!
Llegué a la oficina de mi primer trabajo. Un chaval recién licenciado con ganas de comerse el mundo. Me fui a mi sitio y salude a mi equipo. Me senté. Miré a mi compañero y noté que tenía una mancha en el hombro. Un pájaro había hecho lo que la naturaleza le llama a hacer en su hombro.
No soy de las personas que se ríen de esas cosas. Se lo quería decir, pero me puse super nervioso:
- ¡Qué vergüenza!, ¿qué le digo?, ¿cómo se lo digo?, ¿cuándo se lo digo?…
Me di cuenta que estaba absorbiendo lo que posiblemente esa persona estaba a punto de sentir. Vergüenza.
Yo no tenía la caca en el hombro. Yo no debería sentir nada de vergüenza, ni si quiera estar nervioso. Pero es naturaleza humana ser empático (y mucho más a los que nos cuesta ser asertivos) y sentir lo que la otra persona puede sentir.
Es una bendición, pero si no se es capaz de filtrar, es una maldición.
Es lo que nos impide muchas veces defender nuestros valores, nuestras opiniones, nuestras formas de pensar. Absorbemos cómo se va a sentir la otra persona y nos bloquea.
Una vez eres capaz de darte cuenta que esas emociones no te pertenecen a ti, te liberas.
- Perdona tío. Y me toqué mi hombro mientras miraba al suyo.
Se vio el hombro. Me miró sorprendido. Se levantó y se fue al baño. Cuando volvió, me susurro un gracias y se sentó con una sonrisa.
Te animo a preguntarte si alguna vez, de esas que te callas cuando quieres decir algo, es porque estás sintiendo algo que no te corresponde.
3. Utiliza la pregunta para iniciar tu carrera de conversación asertiva.
El primer obstáculo para moverse, es dar el primer paso.
Cuando queremos ser más asertivos, nos cuesta iniciar. Llámalo miedos, dudas, síndrome del impostor, o como quieras. Cuesta empezar.
Un truco que aprendí es que para preguntar se necesita un nivel inferior de asertividad. Es como un as en la manga que te permite empezar a moverte.
Si quieres decir a alguien que no estás de acuerdo con algo, no empieces por ahí y empieza por preguntar algunas de estas cosas:
¿Cómo llegaste a esa conclusión?
¿Cómo crees que afecta eso al resto?
¿Qué pasa si algo se tuerce?
…
La idea es empezar una conversación en la que ya estás exponiendo a modo de pregunta alguna de las reservas que tienes con eso que está pasando.
Nos vemos la próxima semana
Estoy siguiendo una nueva técnica de time-boxing y a lo que llegue llego. Me ayuda con el estrés, el balance familiar, la sensación de progreso, etc.
En este caso, no he llegado a explicar los otros dos puntos. Si quieres leerlos, te invito a suscribirte si aún no lo has hecho.
Si ya estás suscrito, déjame un comentario contándome por qué te cuesta ser asertivo, y podré incluirlo como un bonus la próxima semana.
4. No mires lo que pierdes sino lo que ganas.
5. Se asertivo contigo para ser asertivo con el resto.
BONUS: ¿Qué te cuesta a ti?
Dale a “Me gusta” y contesta:
¿De qué te has dado cuenta leyendo esto?
💚
¿A quién crees que esto le ayudaría?
Un Corazón De Liderazgo es una pasión que tengo para empoderar a personas como tú a progresar profesionalmente mientras mantienen un equilibrio familiar y personal. Te animo a suscribirte.